- Las deudas le quitan el poco oxígeno que les queda a las empresas sociales del estado, asegura ACESI
- Más leña al fuego para la crisis de la salud
Ante la decisión del Ministerio de Salud y Protección Social de suspender hasta nueva orden la compra de cartera de los prestadores de salud a los que las EPS les deben más de 12 billones de pesos, lo que ha desencadenado la peor crisis de la historia del sector en Colombia, la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos, ACESI, aseguró que esa medida “les continúa quitando oxígeno” e impide que puedan continuar funcionando sin traumatismos.
“Suspender la compra de cartera en estos momentos de tantas dificultades financieras para los prestadores, lo único que hace es generar mayores complicaciones sobre todo para los prestadores de mediana y alta complejidad, y más aún, cuando hablamos de los hospitales públicos, teniendo en cuenta que por Ley de presupuesto las ESE solamente pueden gastar de acuerdo con lo que puedan recaudar. En la medida que el recaudó disminuya por concepto de las multimillonarias deudas de EPS como Cafesalud, Coomeva y obviamente por las mega-liquidaciones de Caprecom y Saludcoop, eso implica que ya los presupuestos que fueron aprobados a principio de año se están agostando”, explicó Olga Lucía Zuluaga Rodríguez, directora ejecutiva de ACESI.
La ejecutiva anunció mayores dificultades para los meses de septiembre y octubre próximos, donde ya no tienen presupuesto la gran mayoría de los hospitales de mediana y alta complejidad del país, lo que indudablemente se va a traducir en la disminución de servicios, porque realmente no tendrán como operar.
La compra de cartera si bien no era la solución, si por lo menos generaba un poco de oxígeno a la red pública, en la medida en que podía contar con recursos frescos directamente del Ministerio de Salud, autorizados obviamente por las EPS.
Olga Lucía Zuluaga aclaró que el problema de flujo de recursos se agrava porque el sector financiero no le está prestando a las EPS, porque se trata de dineros de difícil recaudo. De hecho los recursos que fueron aprobados por Findeter, que es un banco de segundo piso, no han podido fluir, porque los bancos no se quieren arriesgar. Caso Asmetsalud, que le fue autorizado un empréstito de 50 mil millones de pesos pero hasta la fecha no se han logrado generar los desembolsos por la desconfianza que existe a nivel del sector financiero con las empresa promotora de salud.